Lograr el MAXIMO control de los síntomas con el MINIMO de medicamentos posibles.
Que el paciente no tenga crisis de la enfermedad.
Que pueda realizar todas sus actividades diarias.
Ajustar el tratamiento regularmente para lograr esas metas.
Como logramos esto; combinando las MEDIDAS DE CONTROL AMBIENTAL, con el uso adecuado de medicamentos.
Tipo y uso de medicamentos:
Aliviadores o de Rescate: Estos medicamentos se utilizan durante los periodos con síntomas de asma: (Sibilancias, ahogo, tos) o también cuando sabemos que va a estar expuesto a posibles desencadenantes de la enfermedad como infecciones respiratorias, cambios de temperatura, ejercicio intenso o cualquiera otro que haya sido identificado.
Broncodilatadores: Actúan disminuyendo el espasmo del músculo bronquial y así controlan los síntomas; los más utilizados son el Salbutamol y la terbutalina. Se deben utilizar UNICAMENTE durante los periodos de síntomas y no como tratamiento de mantenimiento. La vía de uso preferida debe ser la inhalada. Son de rápida acción (menos de 5 minutos) y actúan hasta por 8 horas.
Corticoides vía oral o inyectados: Actúan desinflamando los bronquios, su inicio de acción es mas lento (1 a 3 horas) pero producen un efecto más prolongado. Solo deben utilizarse con indicación médica y con dosis y duración del tratamiento muy precisas ya que tienen efectos adversos importantes. No deben utilizarse por esta vía por tiempo prolongado.
Controladores a largo plazo: Estos se utilizan durante periodos largos de tiempo, con dosis diarias y esta se ajusta de acuerdo al control que se logre de la enfermedad. No deben suspenderse sin orden médica aunque el paciente se encuentre sin síntomas. En algunos pacientes se deben utilizar combinaciones de estos medicamentos por tiempos prolongados.
Corticoides inhalados: Son la principal herramienta en la mayoría de los pacientes; actúan desinflamando el bronquio y permiten un control sostenido de la enfermedad. A dosis adecuadas son seguros para niños y adultos. No son efectivos durante las CRISIS. La vía más segura es la inhalada.
Inhibidores de leucotrienos: Estos medicamentos bloquean la acción de los leucotrienos que son sustancias producidas en el bronquio del paciente con asma y que causan inflamación. Se utilizan por vía oral durante periodos largos de tratamiento y son especialmente seguros y efectivos en niños con formas no tan graves de la enfermedad.
Broncodilatadores de larga duración: Actúan también relajando el músculo bronquial, algunos de ellos tienen un inicio de acción rápido y su principal ventaja es que su efecto alcanza a 12 horas, por lo que se logra un excelente control de los síntomas. Para uso prolongado se debe contar con supervisión médica.
Con el uso apropiado de estos tipos de medicamentos, de las medidas de control ambiental y de la inmunoterapia se logra el control de la mayoría de los pacientes con asma.